domingo, 20 de junio de 2010

Cierta quemazón (de azoteas y piscinas)


Quemado por el sol (cine ruso). Ada o el ardor (literatura rusa). Quemar después de leer (cine americano). Un lugar en el sol (literatura americana). España sol y playa (sabiduría popular).
Podría dar mil rodeos. Podría soltar largas parrafadas repletas de (muy) calenturienta pedantería. Podría esquivar la realidad con una sobredosis de literatura soleada. Pero nada serviría para obviar la realidad: me he quemado como un cangrejo. Mi primer día de piscina, doce horas a "plein soleil" (como Alain Delon pero en mal), se ha saldado con un rosa tan intenso como febril. Me consuela que, si "tout va bien" como diría Godard (el blanco perfecto), mañana luciré cierto bronceado. Cierto pero cierto.
Por cierto, que la piscina elegida como freidora corporal se encuentra en una azotea de Chamberí. Es un secreto de barrio y allí sólo vamos los elegidos. Los no elegidos, que son el resto, se jactan de frecuentar las azoteas modernas de la Gran Vía. Peor para ellos.
Hoy, para celebrar tanto ardor, cenaremos ensalada y patatas asadas. Asadas como mi espalda.
La banda sonora que me viene es "Baby's on fire", de Brian Eno. ¿Y película? "La ciénaga", claro. Cuál si no.

P.D.: Lo mejor para no quemarse es no tomar el sol. En caso de no seguir este consejo, tómate una aspirina al llegar a casa y búscate a alguien que te quiera y te embadurne de aftersun en las partes más inaccesibles (en la espalda, quiero decir). La foto es de "La ciénaga". Feliz lunes.