sábado, 9 de octubre de 2010

No he leído (casi) nada de Vargas Llosa


Sólo La tía Julia y el escribidor, pero hace tanto que ni me acuerdo. Se admiten insultos.
El año pasado me doblé de risa cuando le dieron el Nobel a Herta Müller y los opinadores culturales (esos a los que se suele llamar previo pago para que se tiren el pisto en los suplementos literarios), disimulaban fatal que de tal señora ni el color del tinte sabían. Ahora que la Academia Sueca ha premiado a un señor que vende libros como churros me callo la boca porque todos lo han leído y yo no. Lo reconozco Me da una pereza inmensa. No me interesan sus historias. No me enganchan. Comencé La ciudad y los perros y no hubo manera. El de la tía Julia me entretuvo más, quizá por el morbo de lo autobiográfico. No sé, no me acuerdo mucho así que prefiero no explayarme, no vaya a liarla.
García Márquez, su enemigo íntimo, con el que por fin ha quedado en tablas, tampoco me apasiona, pero al menos he leído unas cuantas novelas suyas. Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre es una pequeña historia de título kilométrico que leí cuando todavía no me tocaba, por eso la recuerdo bien.
Quizá esta Navidad siga a la masa y me compre algún best seller del Nobel en edición de lujo para adornar la estantería. Puede que Conversación en la Catedral, el segundo mejor de Vargas Llosa según los internautas. Fiabilidad total, vamos.
Yo prefería que hubieran ganado Cormac McCarthy o Haruki Murakami porque ahí sí que controlo. De los dos me quedo con el primero, aclaro. Pero controlo como casi cualquiera de mi generación, con lo cual no puntúa demasiado.
Mi problema, decía, es la literatura del llamado "boom" latinoamericano. No me gusta. Me parecen folletines. Ups.
Otra cosa es Cortazar, otra cosa es Bolaño, otra cosa es Borges, otra cosa es Rivera Letelier. Incluso Walsh y Fogwill. De ahora me enganchan Roncagliolo y Oloixarac, por decir dos, pero habrá que ver cómo crecen.
No es que prefiera a los españoles, insisto. Es que el "boom" me provoca un "zzzz".

P.D.: Enhorabuena a los premiados. Vargas Llosa escribe como dios, de eso no hay duda.
P.D. 2: Me gustaría que hubiera un poco más de debate aquí, que sólo me mojo yo. Para eso es un blog, dirán algunos. Y con razón.
P.D.3: La foto es de García Márquez con el ojo morado por el célebre puñetazo que le soltó Vargas Llosa en 1974. La pelea no tuvo que ver con diatribas literarias, sino con líos de faldas. A los grandes también les pica lo primario. Me gusta la imagen porque Gabo sonríe. Al fin y al cabo, él logró el Nobel mucho antes.