martes, 18 de enero de 2011

Libros & Discos: la nueva hornada


Aunque parecía tarea imposible, al final he comenzado el año con algunos de los propósitos previstos. Más de lo mismo, la verdad: nuevos libros para leer y nuevos discos para escuchar. Aquí van.

LIBROS:

Las señoritas de escasos medios, de Muriel Spark (Impedimenta). Después del éxito obtenido (en mi mesilla) por Picnic en Hanging Rock, he decidido seguir con otra dosis de literatura femenina. En este caso con una novela ambientada en los años de la 2ª Guerra Mundial y repleta de mujeres dislocadas y estupendas. Divertido, sí.

Cuatro Dublineses, de Richard Ellmann (Tusquets). La conexión entre Oscar Wilde, Yeats, James Joyce y Samuel Beckett, contada con cierto aire de folletín y un montón de información sobre el germen de su obra. Casi me paso de estación en el metro mientras lo leía, no digo más.

Mutaciones del cine contemporáneo, de Jonathan Rosenbaum y Adrian Martin (Errata Naturae). Compendio de elevadas disertaciones sobre el nuevo panorama cinematográfico, es tan pedante que me encanta. No apto para leer en el metro, pero perfecto para hojear de forma desordenada y subrayando. No habrá quien te tosa a la salida de los Golem.

DISCOS:

Valhalla Dancehall, de British Sea Power. Mi reconciliación absoluta con el pop británico después de unos cuantos años de desinterés (con excepciones). Te dan ganas de no quitarte las Adidas Gazelle, como si recuperaras la adolescencia. Escucha Living is So Easy.

Kaputt, de Destroyer. Dani Bejar, medio canadiense medio granadino, es el mejor descubrimiento crooner del año. Conocía algo de él, no mucho, pero este pedazo de álbum me ha servido para confirmar que es bueno. Muy bueno. Escucha Kaputt (y alucina con el vídeo).

The King is Dead, de The Decemberists. Una ración doble de folk para no olvidar esas raíces sureñas que tanto me gustan, como de haber crecido en un algodonal de Missouri. Si te gustan las armónicas, aquí va Down by the Water. God bless America.

P.D. La foto es un pantallazo del videoclip de Kaputt. Como una peli de Todd Solondz pero en plan flashmob.

lunes, 3 de enero de 2011

Año nuevo, nada nuevo


Nada, que no he tenido tiempo. Tampoco ganas. Pretendía llenar esto de listas con mis favoritos de 2010, pero se me ha echado el año encima. Estamos a día 2 (casi 3) y toca hablar de cosas nuevas. Otra vez será.

Empiezo a asumir (con cierta dificultad, no lo niego) que soy incapaz de generar ideas para revistas varias, blogs y hasta conversaciones domésticas. No doy para tanto. O me centro o acabo loco del todo. En fin.

Entre mis lecturas recientes gana por goleada "Lo que sé de los hombrecillos", de Juan José Millás, un ejercicio junguiano en el que el autor utiliza a un clon diminuto (como aquellos seres bondadosos que vivían en las rendijas del aire) para airear su lado oscuro (la sombra) y, de paso, mostrarnos todo lo que atenta contra la sociedad de lo políticamente correcto. El sexo y la muerte como diversión frente al tedio de la rutina. Caín y Abel, el bueno y el malo, lo establecido frente al canalleo que se cuece en los avernos. Mola.

Once maneras de sentirse solo, de Richard Yates, ya está a punto de terminar, pero no quiero que eso ocurra. Demasiado bueno para morir. Por eso cuelo otros entre medias.

De música, quien lea mi blog en Elle sabrá por dónde van los tiros: me ha dado por el revival y he comenzado el año cargado de vinilos. Como el Dig for Fire de The Pixies. Vuelven los 90, ya veréis.

Feliz 2011.