lunes, 25 de abril de 2011

Estaba claro que no


Estaba claro que no.
Estaba oscuro.
No pudo ser.
Ni Atticus (que era un gato) ni ático (que era un sueño).
De nada sirve pensar. Porque pensar agota y no adelgaza. Sólo el cerebro. Y algunos vivimos de pensar, supongo.
No le des más vueltas.
Las canciones son infernales de repente, sobre todo tres de La Habitación Roja que taladran el alma en bucle.
Te quiero.
Mi habitación
¿Y?
Así se llaman las canciones que digo y las tres deberían estar prohibidas. La censura en los tiempos del cólera.
No es cólera, me he equivocado.
No es ira, me he adelantado.
Es Shakespeare, que se inventó tragedias para que luego las claváramos en el gran teatro del mundo.
¿O fue Dios?
Fue adiós.
Y eso es lo que duele.

P.D. Esto que escrito igual es malo. Pero es bueno.
P.D. 2. Mi habitación, de La Habitación Roja, porque es sarna con gusto.
P.D.3. Mañana será otro día. La foto es del niño gordito de Up, que se esforzaba en subir por la cuerda. No recuerdo si al final conseguía llegar arriba, pero supongamos que sí. Llegar es la idea.

lunes, 18 de abril de 2011

Atticus Finch


Más negro, imposible. La lengua rosa y los ojos verde chillón (verde maullón). Como un quinqui con ganas de guerra.
No es un gato, es una ironía con patas. Porque llamarse Atticus Finch siendo tan zaino (y tan poco parecido a Gregory Peck) suena a non-fiction chiste.
En "Matar a un ruiseñor", la novela fetén de Harper Lee, el bueno de Atticus es un abogado súper héroe que lucha contra el racismo y la desigualdad social. Mi gato también lucha. De momento, por subirse al sofá sin caer de panza al suelo, por mear y no echar gota (fuera) y por acostumbrarse a la soledad (su dueño lo lleva peor).
Lo confieso: no hay fin de semana ya sin montaña rusa de emociones.
Mal-bien-mal-bien-mal-bien.
Los lunes siempre bien. Hoy, 18 de abril, mejor que bien.
El mal se aleja, parece. Haciendo fú como el gato.

P.D. Dicen que los gatos negros dan muy buena suerte. Y que quien piensa lo contrario siempre toca madera. Pero lo que toca tocar ahora (toc-toc) es la vida. Mordiscos.
P.D.2. Somos unos animales.
P.D.3. La foto es de "Matar a un ruiseñor", claro. (1962).
P.D.4. La canción de hoy debería ser (y es) de Cat Power. Aquella que salía en My Blueberry Nights y nos puso los pelos de punta. Según los últimos estudios, el amor sabe a tarta de arándanos.

jueves, 7 de abril de 2011

Al mal tiempo...


Podría escribir una oda al mal tiempo. Una elegía si acaso. Pero las plañideras se le daban mejor a Lorca y yo tiro más a la sonrisa obtusa del querido Twain. No digo nada nuevo. Tampoco comparación ni símil, sino recurso facilón cuando no sabes qué contar y crees que ya toca actualizar el escaparate. Este.

Retrocedamos en el tiempo, a pesar de que no deberíamos: desde que me metí en la cama para emular al bigotes de Missouri, hace un mes o más (una vida)... apenas si he salido.

En cuerpo un poco. Pero en alma nada.

Hasta hoy: al haber tenido insomnio (la ojera total, la desesperación) me he no-despertado y no he parado quieto hasta encontrar el alma, alma de cántaro, en el fondo del edredón. Estaba ahí escondida, ahí donde viven los monstruos, como si quisiera acurrucarse junto al gato que no hay. Me la he puesto debajo del cuerpo y me queda genial porque he adelgazado (no dormir fulmina kilos).

Y aquí estoy, en cuerpo y alma.

No quiero saber más de quienes no quieran saber más.

...buena cara

P.D. La banda sonora hoy sólo podía sonar así: GOOD FOR MY SOUL. The Jesus & Mary Chain vuelven a casa.

P.D.2. La foto es, una vez más, de "Where the wild things are". Porque ahora lo entiendo todo.